Bogotá volvió a vibrar con uno de sus eventos más emblemáticos: Rock al Parque. En su primera jornada, el festival dejó claro que la ciudad sigue siendo territorio sagrado del metal y el punk.
Desde las 2:00 de la tarde, el Parque Simón Bolívar abrió sus puertas para recibir a miles de almas listas para el pogo, la distorsión y la hermandad que solo este festival sabe convocar. La primera descarga llegó desde el escenario Plaza, con Herejía, una de las bandas distritales que sorprendió con una propuesta sinfónica potente y oscura. Simultáneamente, el escenario Bio dio la bienvenida a Mortalem, mientras Dead Silence se preparaba para tomar el control del escenario Eco, mostrando que la apuesta por la diversidad y la fuerza local sigue más viva que nunca.
Las bandas del primer día
El transcurso del día fue una ruta de sonidos extremos: Sin Pudor trajo su irreverencia feminista; Polikarpa y Sus Viciosas encendieron al público con su grito contestatario y su puesta en escena; Parabellum, Dead Silence Keep The Rage, Tenebrarum y crearon atmósfera de oscuridad y brutalidad que marcó el tono del día. Cada escenario, desde su estilo y sonido, fue un manifiesto en defensa de la música como espacio de catarsis y encuentro.
El cierre
Pero sin duda, uno de los momentos más esperados fue el cierre a cargo de la legendaria banda sueca Dismember. Con su death metal clásico, la agrupación entregó una presentación que hizo temblar el piso del Escenario Plaza y dejó claro por qué son íconos del género. La energía colectiva vibró como un solo cuerpo, y la primera jornada del festival terminó con la garganta rota, el corazón acelerado y la promesa de que lo mejor aún está por venir.
Rock al Parque 2025 arrancó con poder, comunidad y ese fuego que solo los decibeles más altos saben encender. Esto apenas comienza.
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