Puro Voltaje fue la expresión máxima que se vivió en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias. Un espacio repleto de experiencias internas, y sensaciones de expresar cualquier pensamiento con un desconocido. Seis días que fueron cortos para todo el cine que muchos deseábamos ver, pero la recompensa fue la ansiedad de incrustar el corazón, y la mirada en cualquier proyección externa.
Veintitrés jurados, ciento cuarenta películas, treinta y seis países, doscientos noventa y nueve proyecciones. Todo se plasmó en diferentes partes de Cartagena de Indias dando la oportunidad a que todo tipo de personas pudiesen vivir algo inolvidable con actividades como: Cine en los barrios, Cine de medianoche, Cine bajo las estrellas, Programas especiales que reflejan la mirada de cineastas españoles, Guerra y Paz como tema esencial en conversatorios y proyecciones, Belleza y creación dando un espacio a la visión dentro de la naturaleza y el cosmos, Galas, El séptimo y otros tres, una retrospectiva de Glauber Rocha, entre otros.
El Puro Voltaje comienza con el segundo largometraje de Daniela Abad Lombana titulado “The Smiling Lombana”, y termina con la noche de clausura donde se premian a directores y películas. Dentro de la Competencia Oficial de Cine Colombiano, Simon(è) Jaikiriuma Paetau y Thais Guisasola ganan a mejor director con “El susurro del jaguar”. Mientras tanto, el público escoge “Matar a Jesús” de Laura Mora como la ganadora de la categoría.
Asimismo, el resto de categorías premiadas fueron Competencia Oficial Documental, Competencia Oficial Ficción, Premio FIPRESCI, Competencia Oficial Gemas, Competencia Oficial Cortometraje, Competencia Nuevos Creadores, Competencia Puerto Lab, Taller Documental, Premio RTVC, y diferentes premiaciones dentro del encuentro de productores de diferentes países.
Por supuesto, no se puede dejar de lado tres tributos para actores y directos internacionales junto con un invitado especial, que dieron pie a un aprendizaje distinto. Tilda Swinton, Maribel Verdú, Bruno Dumont, y Owen Wilson, quiénes hablan un poco sobre sus diferentes papeles actorales, como también sus pensamientos al ser partícipes del séptimo arte, como también de una ciudad como lo es Cartagena.
Aún acabado el FICCI, el efecto que causa y concluye con la experiencia personal de cada uno es inmenso. Después de haber llenado por mínimo que sea, los corazones de los espectadores con historias ajenas, se remata un inmenso recuerdo, y ganas de regresar a ese instante único.
Fotos: Carlos Beltran
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