El Desafío de Guerreros nunca estuvo dentro de mis planes, pero llegó la invitación y con gusto la acepté. De ahí en adelante lo que siguió fue la preparación ya que preguntando entre participantes y la misma organización, es un prueba que todos pueden terminar pero si se quiere llegar con un buen tiempo y pasando todos los obstáculos se debía hacer un acondicionamiento.
La cita para los participantes de Bogotá fue en el Eco Spa Zunuba en Sutatausa, Cundinamarca (a dos horas de la Capital). Aunque había una gran cantidad de personas entre participantes y acompañantes, se podía tener un momento de tranquilidad antes de que empezara el combate.
Para iniciar, encontramos unos obstáculos los cuales sin comenzar a contar el tiempo iban separando el grupo. Mientras se esperaba el turno para superarlo, a la derecha estaba GOLIAT para dar cuenta que se debía llegar con energías ya que era el último paso. Luego estaba el primer chapuzón en barro para pasar a pruebas a nivel de tierra (LITERAL!!) y subir más de 3 metros.
De ahí en adelante fue una carrera por la montaña hasta llegar a un punto donde se encontró un tesoro que era agua limpia para tomar y sacarse el barro, todo esto para estar limpios por 10 segundos aproximadamente, ya que de ahí otra vez pa’l barro. El ambiente escarpado de la montaña permitió disfrutar de un recorrido con obstáculos naturales y otros que la organización colocó para que los participantes se retaran.
Cuando se acercaba el final y se pensaba que GOLIAT no iba a ser tan difícil, ya que los bazos no habían sido exigidos, llegaron dos pruebas que para superarlas si o si los brazos iban a ser desgastados. Algunas personas se los saltaban, pero esa no es la idea del Desafío, si no se podría mejor correr un 5K normal.
Al momento de estar frente a frente GOLIAT y su rampa de 5 de metros de alto aproximadamente se veían intentos de personas que se resbalaban cuando ya casi iban a tocar la punta que solo era la primera parte. Después de ahí, debías impulsar el cuerpo para llegar a la plataforma y esperar que la gravedad no hiciera lo suyo.
Al tercer intento logré estar sobre la plataforma y derrotar a GOLIAT. Tal vez por la adrenalina, no sabía lo que me esperaba y fue el reto más duro, para bajar cada participante debía lanzarse por una rampa (pequeño problema para alguien que le tiene pánico a las alturas como yo), luego de contemplar otras posibilidades para bajar de ahí tocó lo inevitable y mandarme para caer nuevamente en un barrial. De ahí fueron 10 metros a la meta donde oficialmente se acabó el Desafío de Guerreros.
Lo bueno de esta experiencia fue ver personas de todas las edades (desde niños hasta gente de avanzada edad) con pinta de deportistas y de no hacer ejercicio poniéndose a prueba y recibiendo abucheos de los competidores cuando se saltan alguna prueba.
Para los interesados de ver más fotos y videos del desafío y las próximas fechas pueden ingresar a www.desafiodeguerreros.com
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